jueves, 1 de octubre de 2009

Ley de Servicios de audiovisuales

Por la prof. Aida Toscani


Los pueblos que buscan las respuestas a sus necesidades en las tradiciones culturales que fueron construyendo, conforman sociedades donde la riqueza se distribuye con equidad, donde hay un respeto por la diversidad de los grupos que integran la nación y donde se permite y estimula una dinámica participación del conjunto de los habitantes.

La tradición constituye la base de la cultura de un pueblo. Es el conjunto de dones que una generación entrega a la que le sucede, asegurando a la vez que enseñanza y exhortación la continuidad en el tiempo y en el pasado. La anterior afirmación nos permite entender que la crispación y el desaliento, que caracteriza en general a la sociedad argentina, se deben a que, importantes sectores de la intelectualidad académica, en conjunción con las grandes empresas de multimedios, difunden sus críticas muy duras sobre lo construido por anteriores generaciones y en especial los procesos donde las mayorías populares tuvieron mayor participación. Un ejemplo paradigmático es el prolífico escritor Marcos Aguinis, quien de manera liviana y panfletaria critica y desautoriza los momentos históricos donde el pueblo levantó su voz en reclamo de sus derechos. La falsa idea del eterno fracaso, impuesta por los sectores de poder, sólo provoca desaliento y paraliza toda participación.

Las políticas neoliberales implementadas a partir de la dictadura militar de 1976 y profundizadas por Menen, De La Rua y Duhalde, buscan destruir, silenciar y reemplazar las tradiciones culturales de los pueblos. Imponen un pensamiento único elaborado según el modelo y los intereses de los países hegemónicos en especial de Estados Unidos. La imposición de otra cultura provoca en nuestra sociedad una incapacidad para encontrar entre todos, respuestas eficaces para resolver los problemas del presente y una falta de cohesión para enfrentar el futuro

Las herramientas utilizadas fueron varias pero de manera fundamental fue el accionar de los medios de comunicación que a través de películas, series, los noticieros, impusieron a todo el país, en primer lugar el estilo y los valores de la sociedad de Estados Unidos y en lo local, el referente único es Buenos Aires.

Las grandes empresas monopólicas de multimedios, ocultan la rica complejidad de las culturas regionales de Argentina. Pero en especial silencian el accionar de las redes sociales que trabajan para cohesionar el tejido comunitario, sosteniendo a los sectores más débiles frente a un sistema que margina. Las clases dominantes saben la fuerte tradición asociacionista del pueblo argentino por eso, las represiones llevadas a cabo desde las dictaduras, o los gobiernos de Menen, De La Rua y Duhalde apuntaron a quienes lideraban esas formas de organización social.

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